Actualmente estamos trabajando con vistas a realizar una monografía, texto documentado que expone información confiable sobre un tema en particular, es común que para su escritura se consulte a diversas fuentes como pueden ser la Biblioteca, Audios, Videos y el Internet. Un recurso muy utilizado es el Artículo de Divulgación, que expone temas científicos, filosóficos y/o literarios pero usando un lenguaje accesible y comprensible para todo aquel que lo lea, ya que su meta es difundir el conocimiento.En el siguiente link pueden ver ejemplos de Monografías, pero debo advertirles que no intenten bajar una y entregarmela porque lo averiguaré ¿de acuerdo?
A continuación los dejo con este interesante Artículo de Divulgación, observen si realmente es accesible a todo público y si creen que resulte útil para aquellos interesados en el tema.
Los peligros del «piercing»: Anillarse distintas partes del cuerpo puede provocar infecciones graves si no se siguen las condiciones higiénicas adecuadas
MYRIAM LOPEZ BLANCO
La primera vez que Ana decidió acudir a un anillador -persona que hace piercings, es decir, que perfora la piel para colgar joyas en distintas partes del cuerpo- fue para engancharse un aro fino de acero quirúrgico en el borde de la boca, justo por debajo del labio inferior. Pero después de dos días, el labio de Ana lucía una desagradable infección que sólo desapareció con la ayuda de antibióticos. La idea de poner un aro en el labio no fue acertada. Tampoco la de utilizar una joya tan fina. Cosas, ambas, que debería saber cualquier anillador profesional que se precie para evitar consecuencias que pueden llegar a ser muy graves.
Pero el problema es que los profesionales del piercing no abundan y que los médicos rechazan o ignoran esta técnica (o arte) milenaria que está ganando adeptos en todos los rincones del mundo. En España no hay ningún control al respecto y cualquiera puede coger una aguja y montar un “negocio” en el cuarto trasero de un bar o en plena calle anillando a la población y exponiendo a los clientes a toda suerte de infecciones. Si se realiza con un equipo contaminado, el piercing puede llegar a provocar hepatitis, infecciones, herpes o sida.
En países como EEUU, existe cierto control de quienes hacen piercing, y de cómo y dónde se hace. El uso de autoclaves, guantes, instrumentos y locales totalmente esterilizados -como los de un hospital- se hace obligatorio en una sociedad donde llevar anillos en la cara, labios, nariz, cejas, lengua, pezones, ombligo, orejas, etc. se está convirtiendo en el signo de identidad más común. Sin embargo, en España como en muchos lugares del mundo no hay nadie que vele por la salud de los que quieren anillarse.
En EEUU existe Gauntlet International considerado el negocio de piercing más antiguo,reconocido y prestigioso del mundo, fue fundado en Los Angeles por Jim Ward, en 1975. Esta organización ofrece estudios para hacer piercing, venta de joyas, instrumentos y material para anillar, seminarios impartidos por todo el mundo para enseñar esta técnica, vídeos con instrucciones y la revista Piercing Fans International Quaterly, además ha iniciado una campaña
internacional para acabar con los malos anilladores.
En EEUU, existe una Asociación de Anilladores Profesionales (Association of Professional Piercers, APP) que ofrece en Internet una lista de los profesionales de esta técnica. Según esta lista, no hay ninguno en España.
"Nosotros pretendemos que las personas interesadas asistan primero a un seminario para aprender a anillar y después pasen por lo menos uno o dos años trabajando como aprendices junto a un profesional reconocido", dice Michaela Grey, Directora de la Revista Piercing Fans International Quaterly.
La ignorancia de los médicos
Con los médicos pasa algo parecido. Muchos de ellos se horrorizan al ver un cuerpo anillado, y no comprenden por qué alguien pueda querer anillarse distintas áreas del cuerpo. Pero, últimamente, a medida que aumenta el furor por esta moda empiezan a aparecer estudios médicos sobre el tema. «La mayoría de estos trabajos es muy subjetiva y los autores no se han informado sobre el tema ni han preguntado a los que se dedican profesionalmente al piercing», dice Grey. Un estudio publicado en el número de julio de la revista Journal of the American Dental Association (ADA) ha tenido gran resonancia en los medios de comunicación las últimas semanas. El trabajo hacía referencia a un caso de piercing bucal de un músico de rock que acudió en busca de ayuda a la Facultad de Odontología de la Universidad de Virginia Oeste después de tragarse la bola del cierre del anillo que llevaba en la boca. Antes de acudir a la consulta, el paciente se extrajo toda la joyería que llevaba -en la lengua, el labio y la úvula-, cosa que los especialistas descubrieron sólo después de examinarle y encontrar un agujero de unos cinco milímetros en la parte anterior de la lengua y algunos dientes rotos.
«La consecuencia más obvia del piercing oral es el dolor», escriben los autores, Shelia S. Price y Maurice W. Lewis, «ya que el procedimiento ocurre sin anestesia. Y, además, la joyería intraoral puede dañar los dientes (que pueden romperse al morderla accidentalmente), dificultar el habla; aumentar la salivación y herir las encías».
Para Michaela Grey, estos estudios dejan mucho que desear. «La ADA y muchos médicos suelen dar ejemplos de anillados muy poco frecuentes, como el de la úvula, que se hace muy poca gente y que la mayoría de anilladores se niega a realizar. Y esto les sirve como argumento para decir que el piercing es peligroso», dice Grey.
Sin embargo, estas críticas no son extensivas a todos los galenos. En EEUU, se han empezado a crear listas de médicos simpatizantes del piercing a los que los anilladores pueden enviar un cliente que haya tenido complicaciones, y que responden sin alarmarse. Uno de los sitios donde suelen aparecer infecciones por un anillado es el cartílago superior de la oreja. Y la época más peligrosa para hacérselo es el verano, debido a que son los meses de los baños en piscinas, en los que se suda más y en los que esa zona de la oreja está más húmeda y más propensa a infecciones. Además, es una zona difícil de tratar, incluso con antibióticos intravenosos, y a menudo las perforaciones acaban deformando el tejido. Aún así de acuerdo con Michaela Grey, si la persona que realiza el piercing es profesional no hay que temer a los riesgos relacionados con infecciones, hepatitis, contagio de VIH y otros males asociados a la perforación del cuerpo.